Page 244 - El Terror de 1824
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      pósito  para  ello.  Tenemos  que  hacer...  ¿Pero
       qué  es  eso?  Veo  que  me  trae  usted  una  carta.
         — Sí,  señor — replicó  Jenara  alargando  un
      papel: — lea  usted.
        — Del  señoi;  Conde  de  Balazote,  gentilhom-
          bre de  S.  M.—  dijo  el  vest:g!o  abriendo  y  le-
            yendo la  firma. — ¿Y  qué  tengo  yo  que  ver  coa
      ese  señor?
         —  Lea  usted.
         — ¡Ah!...  ya... — murmuró  Chaperón  quedán-
           dose estupefacto  después  de  leer  la  carta: — »
      el  señor  gentilhombre  me  besa  la  mano...
         —  ¡Ya  ve  usted  qué  fino!
         — Y  me  hace  saber  que  S.  M.  me  ordena
      presentarme  inmediatamente  en  Palacio.
         —  Para  hablar  con  S.  Al.
        — Quiere  decir  que  S.  M.  desea  hablarme.. ►
         Chaperón  volvió  á  leer.  Después  dió  dos  6
      tres  vueltas  sobre  su  eje.
         — Mi  sombrero... — dijo  demostrando  gran-
             dísima inquietud, — ¿en  dónde  está  mi  sombre-
            ro...? Señora,  usted  dispense...  Lobo,  aguár-
            deme usted...
        — Yo  aguardo  aquí, — indicó  Jenara.
        — Veremos  lo  que  quiere  de  mí  S.  M. — aña-
          dió D.  Francisco  en  estado  de  extraordinario
      aturdimiento. — ¿Y  mi  bastón,  en  dónde  h&
      puesto  yo  ese  condenado  bastón?...  ¿Habré
       traído  los  guantes?...  Señora,  dispense  usted
      que...  A  los  pies  de  unted...  ¿S.  M.  me  espe-
           ra?... Sí,  me  esperará,  no  saldrá  hasta  que  ha-
          ble conmigo...  |  Y  yo  no  recordaba  que  la  Cor-
         te había  venido  ayer  de  La  Granja  para  trasla-
            darse á  Aranjuez!...  Adiós;  vuelvo.
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