Page 247 - El Terror de 1824
P. 247

EL  TERROR  DE  1824   243
    ese  hombre  me  parece...  Si  Vuecencia,  Exce-
             lentísimo Señor,  me  permite  expresarme  con
    franqueza,..
       —  Hable  usted  pronto.
      —  Pues  diré  que  eso  de  la  imbecilidad  de
    Sarmiento  me  parece  una  inocentada.
       — Eso  es:  una  inocentada, — repitió  Jenara.
      — Pues  qué,  ¿no  constan  en  la  causa  hechos
     mil  que  acreditan  su  buen  juicio?  Se  le  encon-
        tró entre  sus  papeles  un  paquete  de  cartas  so-
        bre la  organización  de  la  Comunería,  y  consta
    que  fué  uno  de  los  que  más  parte  tuvieron  en
    el  ases'nato  de  Vinuesa.
       —  ¿Hay  pruebas,  hay  testigos?
       —Diez  pliegos  están  llenos  de  las  declara-
          ciones de  innumerables  personas  honradas  que
     han  asegurado  haberle  visto  entrar,  martillo
     en  mano,  en  la  cárcel  de  la  Corona.
       — Admirable.  Adelante.
       — Después  ha  fingido  hallarse  demente  para
     poder  insultar  á  S.  M.,  para  burlarse  de  la  Re-
          ligión y  apostrofar  á  los  defensores  del  Trono.
       —  ]Se  ha  fingido  dementel
       — Está  probado,  probadísimo,  Excelentísi-
        mo Señor.
       Chaperón  dudaba,  hay  que  hacerle  ese  ho-
         nor. La  moriera  de  que  antes  hablamos  se  agi-
         taba inquieta  y  alborotada  entre  el  cieno,  ha-
           ciendo esfuerzos  por  mostrarse.
       — Pero  esas  pruebas  de  que  se  fingía  demen-
        te...— murmuró.  -¿Hay  dictamen  facultativo?
       Jenara  no  veía  con  gusto  aquella  discusión,
     y   guardaba   silencio.
       — ¿Qué  dice  el  artículo  7.°  del  decreto  del
   242   243   244   245   246   247   248   249   250   251   252