Page 249 - El Terror de 1824
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EL TERROR D3 1821
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Comunería, de predicación en sitios públicos
contra la única soberanía, que es la Real; de
-connivencia con los emigrados, etc., etc.
— ]Oh! Sr. D. Francisco — dijo la dama con
generoso arranque. — Si quiere usted merecer
un laurel eterno y la bendición de Dios, perdono
usted también á ese pobre viejo.
— Señora, poquito á poco — repuso el fun-
cionario poniéndose muy serio. — Antes que
erigir en sistema la impunidad, cuidado con la
impunidad, ¡por vida del...! presentaré mi di-
misión. Bastante ha conseguido usted.
La dama inclinó la cabeza, fijando los ojos
en el suelo. Otra vez suplicó, porque no po-
día resistir impasible á la infame tarea de
aquellos inicuos polizontes; pero Chaperón se
mostró tan celoso de su reputación, de su pa-
pel y de atender á las circunstancias (¡siempre
las circunstancias!), que al fin la intercesora,
creyéndose satisfecha con el triunfo alcanzado,
no quiso comprometerlo aspirando a más. Se
retiró contenta y triste al mismo tiempo. Ne-
cesitaba ver aquel mismo día á los demás in-
dividuos de la Comisión, pues aunque el Pre-
sidente lo era todo, y ellos casi nada, convenía
prevenirlos para asegurar mejor la victoria.
Cuando se quedaron solos, Chaperón dijo á
su asesor privado:
—Arrégleme usted eso inmediatamente. Ex-
tienda usted la sentencia, y llévela al co-
mandante fiscal para que la firme. Hoy mis-
mo se presentará al Tribuual. Mañana nos reu-
niremos para sentenciar á la mujer que robó
el almirez de cobre y el vestido viejo de per-