Page 253 - El Terror de 1824
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EL  TERROR  DE  1824
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      «su  espina  dorsal  hubo  de  adquirir  una  rectitud
      y  esbeltez  que  recordaban  sus  buenos  tiempos
      de  Roma  y  Cartago.  Soledad,  á  quien  permi-
            tieron acompañarle  todo  el  tiempo  que  qui-
            siera, se  hallaba  en  estado  de  viva  consterna-
           ción, de  tal  modo,  que  ella  parecía  la  conde-
           nada y  él  el  absuelto.
        — Querida  hija  mía— le  dijo  el  anciano  cuan*
      do  juntos  entraron  en  la  capilla,— no  desma-
           yes, no  muestres  dolor,  porque  soy  digno  de
      envidia,  no  de  lástima.  Si  yo  tengo  este  fin
      mío  por  el  más  feliz  y  glorioso  que  podría
      imaginar,  ¿á  qué  te  fifliges  tú?  Verdad  es  que
      Ja  naturaleza  (cuyos  Códigos  han  dispuesto
      sabiamente  los  modos  de  morir)  nos  ha  infun-
      dido  instintivamente  cierto  horror  á  todas  las
      muertes  que  no  sean  dictadas  por  ella,  ó  ha-
             blando mejor,  por  Dios;  pero  eso  no  va  con
      nosotros,  que  tenemos  un  espíritu  valeroso,
      superior  á  toda  niñería...  Animo,  hija  de  mi
      corazón.  Contémplame,  y  verás  que  el  júbilo
      no  me  cabe  en  el  pecho...  Figúrate  la  alegría
      del  prisionero  de  guerra  que  logra  escaparse,
      y  anda  y  camina,  y  al  fin  oye  sonar  las  trom-
           petas de  su  ejército...  Figúrate  el  regocijo  del
      desterrado  que  anda  y  camina,  y  ve  al  fio  la
      torre  de  su  aldea.  Yo  estoy  viendo  ya  la  torre
      de  mi  aldea,  que  es  el  Cielo,  allí  donde  moran
      mi  padre,  que  es  Dios,  y  mi  hijo  Lucas,  que
      goza  del  premio  dado  á  su  valor  y  á  su  patrio-
            tismo. Bendito  sea  el  primer  paso  que  he  dado
      en  esta  sala,  bendito  sea  también  el  último,
      bendito  el  resplandor  de  esas  valas,  benditas
      esas  sagradas  imágenes,  bendita  tú  que  me
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