Page 270 - El Terror de 1824
P. 270
266 B. PÉREZ GALDÓS
el ensayo de lagavota antes déla tertulia, tu-
vo fin aquel diálogo.
Avanzada la noche, se cerró la capilla á los*
curiosos, y también la puerta de la cárcel, des-
pués que entraron seis presos recién sacados
de sus casas por delaciones infames. Una nue-
va conspiración descubierta dio mucho que
hacer aquella noche y en la siguiente mañana
al Sr. Chaperón.
D. Patricio se acostó á dormir en la alcobi-
ta inmediata á la capilla; pero su sueño no
fué muy sosegado. Velábanle solícitos, y siem-
pre prontos á servir en todo, los Hermanos de
la Paz y Caridad. Sola no se apartó de la ca-
pilla ni un solo iu&t&nle ni de día ni de m>cho.
— Abueliio querido — le dijo al amanecer, —
estoy muerta de pena, porque veo que tu con-
ducta no es propia de un buen cristiano.
— Adorada hija — repuso Sarmiento besán-
dola con ardiente cariño, — si es propia de un
filósofo, lo será do un cristiano, porque el filó-
sofo y el cristiano se juntan, se compendian y
amalgaman en mí maravillosamente... Hazme
el favor de ver si esos señores Hermanos ipe
han preparado el chocolate... No extraño tus
observaciones, hija mía. Eres mujer y hablas
con tu preciosa sensibilidad, no con la razón
queá mí me alumbra y guía. ¡Bendito sea Dios
que me permite tenerte á mi ¡ado en estas ho-
ras postreras! Si no te estuviera viendo, qui-
zás me faltaría el valor que ahora tengo. Una
sola cosa me afecta y entristece, nublando el
esplendoroso júbilo de mi alma, y es que ma-
ñana á la hora de las diez... porque supongo