Page 274 - El Terror de 1824
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270 B. PKUEZ GALDÓS
uaria? Sí: mi historia será pronto una de las
más enérgicas lecciones que tendrá el rebaño
humano para implantar la libertad que lia de
conducirle á su mejoramiento moral. Pero digo
yo: ¿es fácil escribir esa historia? No. Bien co-
nocidos son mis discursos; y aunque yo no los
he escrito, coreo todo el mundo los tiene gra-
bados en la memoria, no faltará quien los dé
á la estampa. Sócrates no dejó escrito nada...
Pero si serán perpetuados mis discursos, ha-
brá gran escasez de datos biográficos respecto
á mí. Oye, pues, lo que voy á decirte.
Tomando á Sola por un brazo, la acercó á sí:
— Viviendo en 4u casa — añadió, — apunté,
no hace dos meses, los principales datos de
mi vida, tales como el día de mi nacimiento,
el de mi bautizo, el de mi confirmación, el de
mi boda con Refugio, el del feliz natalicio de
Lucas, el de mi entrada en la enseñanza y
otros: son datos preciosísimos. Como los his-
toriadores han de empezar desde mañana mis-
mo á revolver archivos y libros parroquiales,
yo te encargo que les saques de apuros. Mira
tú: el apunte en que constan esos datos está
escrito con lápiz... Me parece que lo puse de-
bajo del hule de la cómoda. Búscalo bien por
toda la casa, y entrégalo á esos señores. Al
punto sabrás quiénes son, porque no se habla-
rá de otra cosa en todo el mundo. No te des-
cuides, y evitarás mil quebraderos de cabeza,
y quizás inexactitudes y errores que daráa
ocasión á desagradables polémicas.
Sola sintió al oir esto que la admiración
despertada por anteriores palabras del vieje-