Page 61 - El Terror de 1824
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EL TERROR DS 1824
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yo las tomo donde las encuentro... ¿eh? Délos
trajes se encarga el Ayuntamiento.,. Me han
dado fondos. ¡Caracoles! es una cuestión pelia-
guda... espero lucirme.
— Este Pipaón es de la piel de Satanás...
¿De dónde va á sacar ese mujerío?
— Yo daría la preferencia á los arcos de
triunfo — dijo Romo. — Es mucho más serio.
— ¿Arcos?... |Si ha de haber cuatro 1 Por
cierto que el Sr. Chaperón nos ha hecho un
flico servicio llevándose para la horca los
grandes mástiles que sirven para armar arcos
de triunfo.
— Hombre, por vida del Santísimo Sacra-
mento— dijo Chaperón mostrando un senti-
miento que en otro pudiera haber sido bon-
dad,— ya servirán para todo. Pues qué, ¿va-
mos á horcar á media España?
— Entre paréntesis, no sería malo... Con que
ahora sí que me voy de veras.
Estrechó Pipaón sucesivamente la mano de
€ada uno de sus tres amigos.
— Ya nos veremos luego en las oficinas de
la Comisión.
— Pues qué, ¿hay algo nuevo?
— Hombre, no se puede desamparar á los
amigos,
— ¡Recomendaciones! — vociferó el brigadier
mostrando su fiereza. — Por vida del Santísimo,
que eso de las recomendaciones y las amista-
des me incomoda más que la evasión de un
prisionero. Así no hay justicia posible, Sr. Pi-
paón; así lajusticia, los castigos y las purifi-
caciones no son más que una farsa.